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Cuando usas un cuaderno, lees una revista o un libro o anotas en una agenda física, es posible apreciar que los pliegos que lo forman se encuentran unidos. Esto es lo que se conoce como encuadernación, permitiendo que la publicación sea sencilla de manejar y la parte interior esté protegida.

Hay diversos tipos de encuadernación, dependiendo del uso que quieras dar al material impreso y la duración del mismo. Por ejemplo, un cuaderno suele tener cubierta blanda y traer un espiral o grapas para mantener los pliegos unidos.

Por su parte, los libros y agendas tienden a tener una tapa dura, que evita su daño por el uso intensivo. Conoce un poco más sobre los tipos de encuadernación, sus características y cuándo usarlos.

Encuadernación: ¿Qué es y para qué sirve?

Es la acción de unir varios pliegos de papel y ponerles una cubierta, de distintas formas, como el cosido, grapado o encolado. La intención es proteger al documento del desgaste por el uso constante, además de facilitar su manipulación para la lectura.

La historia de la encuadernación es interesante y tiene sus orígenes en el antiguo Egipto, cuando los rollos de pergamino o papiro, eran protegidos con una capa de piel. Luego, aparecieron las tablillas de madera, un formato mucho más cómodo para la escritura y la lectura.

La tablilla se cubría con una capa de cera, permitiendo escribir y varias de estas, se unían cosiéndolas por uno de sus bordes. Posteriormente, viene el cambio al formato de códice, que tiene su origen en la antigua Roma, donde se va imponiendo el uso del pergamino.

Durante la Edad Media se hacían encuadernaciones preciosas, utilizando terciopelo, seda, madera o placas de oro y plata labrados, con incrustaciones de pedrería.

Con la aparición de la imprenta y el uso más regular del papel, la encuadernación fue evolucionando. Así, se fueron desarrollando técnicas más económicas y sencillas, que facilitaban la manipulación de libros y otras publicaciones para un público más amplio.

Básicamente, la función principal de la encuadernación, es la de conservar el papel impreso, que suele ser delicado y puede sufrir daños fácilmente. Otras de las funciones que cumple, son:

  • Permite manejar el material con mayor comodidad, ya sea para su lectura como escritura. Asimismo, es mucho más sencillo trasladarlo de un lugar a otro, a diferencia de los pliegos sueltos.
  • Facilita el almacenamiento de los libros u otros formatos de impresión, permitiendo colocarlos en espacios más reducidos, donde se pueden identificar rápidamente.
  • Tiene un papel en la comunicación, debido a que el tipo de encuadernación lleva un mensaje al usuario sobre el objeto de la publicación. Por ejemplo, una obra encuadernada de manera sencilla y económica, transmite la idea de que se busca una difusión más masiva que otra que lleva una cubierta más elaborada.

¿Qué tipos de encuadernación hay?

Desde su aparición, esta técnica ha venido sufriendo cambios importantes, en cuanto a la forma de unir los pliegos o los materiales utilizados. En principio, la labor se hacía manualmente, generalmente cosiendo los pliegos y usando cubiertas de madera o piel.

No obstante, estas formas de encuadernar eran costosas y muy lentas, por lo que no eran una opción para las publicaciones masivas. Así, fueron apareciendo pliegos unidos por cola, grapa o espirales.

Al clasificar los tipos de encuadernación, se utilizan diversos criterios, tomando en cuenta desde las técnicas de encuadernado, los materiales usados o la forma en que se unen los pliegos o cuadernillos entre sí.

Según la técnica de encuadernado:

Con grapas

Se hace un engrapado del cuadernillo para mantenerlo unido, funcionando bien con un grosor de la publicación cerrada, que no supere los 5 mm. Tiene la ventaja de que permite abrir completamente el cuadernillo, facilitando la visualización de cada página.

Para el grapado se usan máquinas profesionales, que unen todos los pliegos con las grapas metálicas. Estas pueden ser convencionales (de forma rectangular) o las tipo Omega (con un saliente, que facilita colocar el cuadernillo en una carpeta de aros metálicos).

En espiral o canutillo

Se colocan las hojas en un bloque y se hace la perforación en uno de los bordes, usando máquinas especiales. Posteriormente, se introduce un espiral por todos los orificios y se cierra en uno de los extremos, para mantener los pliegos unidos.

Tiene la ventaja de ser muy rápida y permite abrir la publicación con mucha comodidad, además de que es posible usarla tanto en pequeños como grandes grosores. Los espirales pueden ser plásticos o metálicos, siendo estos últimos mucho más resistentes.

Wire-O

Es un tipo de encuadernación en espiral, pero se utiliza un espiral doble, por lo que tiene una mayor durabilidad.  Igualmente, se usa un bloque de hojas, aceptando diversos grosores, y se perforan por uno de los laterales, para introducir el espiral.

A diferencia del espiral, puede soportar bien una tapa dura, que es mucho más pesada, sin que se debilite la unión de los pliegos. Las perforaciones son diferentes, debido a que el espiral viene como una pieza completa que se acopla al bloque, cerrándose cada uno sobre sí mismo.

Fresada

Los pliegos se colocan en un bloque y la zona del lomo se fresa, con la finalidad de abrir los poros del papel. Posteriormente, se aplica pegamento sobre el lomo, para pegarlo a la cubierta, que puede ser rústica o de tapa dura.

El encolado se puede hacer con cola EVA (pegamento que se adhiere a distintos materiales), que es muy económica, pero de duración limitada y no acepta grandes grosores. Una alternativa es la llamada cola PUR (pegamento a base de poliuretano reactivo), que es muy resistente y puede soportar publicaciones de mayor grosor.

Térmica

En este tipo de encuadernación también se hace un encolado, pero no se requiere fresar el lomo para lograr una buena adherencia. Se usan máquinas especiales, que llevan el pegamento a altas temperaturas y lo van aplicando en el bloque de hojas.

Luego, se coloca el lomo de la cubierta, para que quede totalmente adherido a los pliegos, logrando una excelente resistencia. Esta técnica es muy rápida y permite utilizar tanto cubiertas duras como blandas, aunque tiene limitaciones para abrir completamente las hojas.

Cosida

Es la técnica que garantiza una mayor durabilidad de la obra, soportando un uso intensivo sin que las hojas se separen del bloque. Existen distintas formas de hacerla, siendo la más convencional aquella donde se van cosiendo las hojas al lomo, atravesándolo en vertical, para que las costuras queden ocultas.

Para hacerla, primero se debe encolar el bloque de hojas y se van cosiendo usando distintas herramientas para hacer las perforaciones. Luego, se cose el documento en todo lo largo, para garantizar que las hojas queden bien unidas.

Hay otras encuadernaciones cosidas que son más artesanales, como la japonesa, en la que las costuras quedan a la vista, presentándose distintos patrones. Por su parte, la llamada encuadernación copta, donde los cuadernillos se mantienen unidos a la cubierta por un cosido a la vista, sin que se presente un lomo.

Según los materiales utilizados:

Rústica

Es llamada también de tapa blanda, debido a que el material usado para la cubierta es flexible, ofreciendo un producto más liviano y fácil de manipular. Por lo general, las cubiertas se elaboran de papel o cartón, con distintas texturas y grosores, tal como nos muestran en https://dical.es/37-papel-encuadernacion.

Las encuadernaciones rústicas aceptan cualquier tipo de técnica, siendo las más económicas y rápidas, las grapadas y fresadas. Es usada principalmente para publicaciones masivas, debido a que es mucho más rápida y económica, dependiendo su durabilidad del tipo de material.

Tapa dura                                                                                                          

Se usan materiales rígidos para la fabricación de las cubiertas, por lo que protegen mucho mejor las hojas impresas de la publicación. Generalmente, el bloque de hojas se suele coser, debido a que le da mayor durabilidad al encuadernado, aunque también puede ser encolado.

También conocida como cartoné, las llamadas guardas (capas interiores de la cubierta), suelen ser de un material blando, como el papel. El lomo es generalmente de tela o de papel, para darle mayor flexibilidad y las tapas exteriores de un cartón duro.

Artesanal

Cuando se quiere tener un encuadernado personalizado, se suelen usar materiales que no son los tradicionales en las publicaciones comerciales. Se busca lograr un efecto parecido a las encuadernaciones antiguas, por lo que las tapas se revisten de piel o de tela y se pueden usar técnicas de cosido tradicional, japonesa o copta, entre otras.

Hay un tipo conocido como encuadernación holandesa, en la que se combinan dos tipos de materiales. En el lomo, que requiere mayor resistencia, se utiliza tela o piel, mientras que las tapas son de cartón revestido con papel, que presenta diferentes estampados.

Según la forma de unión de los pliegos:

Alzada

Lo que se hace es que todos los pliegos que lleva la publicación se arreglan uno sobre otro de forma ordenada. Si se trata de un libro o revista, se va siguiendo la numeración de la obra para que, al encuadernar, queden en la secuencia correcta.

Para la técnica de alzada, se usan máquinas especiales que van ordenando los pliegos y permiten unirlos tanto por fresado como cosido o espiral. Hay una variante, conocida como embuchado o acaballado, en la que los pliegos se van ubicando uno dentro del otro, que permite el grapado.

Con taladro

En este caso, la encuadernación se hace a partir de hojas sueltas, las cuales se colocan en bloque, para abrir un brocado en uno de sus lados. Se realiza con máquinas especiales, que llevan las brocas, y se van colocando los bloques de hojas para ser perforados.

La técnica es usada para coser los pliegos, siguiendo un sentido vertical, facilitando la entrada del hilo en todo el bloque. Posteriormente, la cubierta puede ser dura o blanda, dependiendo de las preferencias del usuario.