¿Alguna vez te has preguntado si el destilado es lo mismo que el fermentado? Pues hoy vas a obtener la respuesta a esa pregunta. Vamos a explicar que es cada una de las cosas y además te vamos a mostrar sus principales diferencias. Cuando acabes de leer estas líneas tus dudas quedarán resueltas.
¿Qué son los destilados?
Los destilados son bebidas alcohólicas obtenidas a través del proceso de destilación, que consiste en calentar un líquido fermentado para evaporar el alcohol y luego condensar el vapor de nuevo en líquido. Este método permite concentrar el contenido alcohólico y eliminar impurezas, resultando en productos con un nivel de alcohol mucho más alto que el de las bebidas fermentadas.
El proceso de producción de destilados comienza con la fermentación, en la que los azúcares de materias primas como granos, frutas o caña de azúcar son convertidos en alcohol por microorganismos, generalmente levaduras. Una vez obtenido el líquido fermentado, se calienta en un alambique. Durante este calentamiento, el alcohol se evapora a una temperatura más baja que el agua. Al enfriarse, el vapor se condensa y se recoge como un líquido concentrado.
Existen varios tipos de destilados, cada uno con características únicas. Por ejemplo, el vodka es un destilado claro y neutro, generalmente hecho de granos o papas, con un contenido alcohólico que suele oscilar entre el 40% y el 50%. El whisky, en cambio, se produce a partir de cereales y se envejece en barricas de madera, lo que le otorga un sabor complejo y distintivo. Otro ejemplo es el ron, que se elabora a partir de caña de azúcar y puede variar en dulzura y sabor dependiendo de su proceso de producción y envejecimiento.
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¿Qué son los fermentados?
Los fermentados son bebidas alcohólicas producidas mediante un proceso biológico en el cual microorganismos, como levaduras y bacterias, transforman azúcares en alcohol y otros compuestos. Este método ha sido utilizado a lo largo de la historia para crear diversas bebidas, siendo la cerveza y el vino dos de los ejemplos más conocidos. La fermentación no solo produce alcohol, sino que también contribuye al desarrollo de sabores y aromas característicos de cada bebida.
El proceso de fermentación implica varias etapas. Primero, se seleccionan los ingredientes, que generalmente contienen azúcares, como uvas para el vino o cereales para la cerveza. En la elaboración de la cerveza, los granos se muelen y se mezclan con agua caliente para activar las enzimas que convierten el almidón en azúcares fermentables. Posteriormente, se añaden levaduras al mosto, la mezcla resultante, para iniciar la fermentación. Durante este período, que puede durar desde unos días hasta varias semanas, las levaduras transforman los azúcares en etanol y dióxido de carbono.
Una vez finalizada la fermentación, el líquido se clarifica para eliminar impurezas y sedimentos. Finalmente, se embotella, y en algunos casos, se deja madurar para mejorar su sabor. Las bebidas fermentadas, como la cerveza (con un contenido alcohólico de 4% a 12%) y el vino (de 8% a 15%), son apreciadas por sus perfiles de sabor únicos y su rica tradición cultural. A lo largo de la historia, estas bebidas han desempeñado un papel crucial en la vida social y económica de diversas comunidades, siendo consumidas en celebraciones, rituales y eventos cotidianos.
¿Cuáles son sus principales diferencias?
Para que puedas entender mejor cuáles son sus diferencias vamos a explicártelas en cinco partes principales.
La primera diferencia está ligada a la producción. Mientras que el proceso de fermentado se obtiene directamente de la fermentación del azúcar, el destilado se obtiene a través de la destilación de los líquidos fermentados. Pero no es la única diferencia, te vamos a mostrar otras cuatro para que puedas ver que son bebidas totalmente diferentes.
El contenido en alcohol no es el mismo en las dos versiones. Por regla general el porcentaje de alcohol siempre es inferior en las bebidas fermentadas y mayor en los destilados. En estas últimas las concentraciones de alcohol pueden llegar a ser muy importantes.
El sabor y el aroma tampoco son iguales en las dos versiones. Si nos centramos en los fermentados vemos como el sabor y los aromas de los ingredientes principales tienen una presencia elevada. En cambio, en las bebidas destiladas la cosa cambia, el sabor es más complejo. Eso se debe a que hay mayor concentración de compuestos, lo que hace que el sabor de los ingredientes principales no sea tan importante.
La maduración no es la misma en las dos bebidas. Para que te hagas a la idea, en los destilados la maduración debe ser amplia para conseguir la complejidad que se busca. En cambio, con la bebida fermentada los periodos de maduración son mucho menores, lo que quiere decir que tras su fabricación se pueden consumir con rapidez. Un ejemplo lo podemos ver en el vino joven o la cerveza, los periodos pueden ser muy cortos.
En el ámbito de la coctelería también hay diferencias. Los destilados son más utilizados en cocteles debido a su mayor concentración de alcohol y la variedad de sabores que aportan. Por otro lado, las bebidas fermentadas suelen consumirse solas o en combinación con otros ingredientes en cócteles más ligeros.
Como puedes ver, aunque en muchas ocasiones no se saben las diferencias entre destilados y fermentados, la verdad es que hay bastantes diferencias. Por ese motivo, dependiendo de lo que busques tendrás que elegir entre una opción u otra.