Mudarse de casa es una de las experiencias más emocionantes y retadoras en la vida. Cuando se trata de una mudanza nacional, es decir, dentro del mismo país, los retos suelen ser logísticos, pero cuando hablamos de una mudanza internacional, entran en juego muchos más factores que pueden sorprenderte si no estás preparado.
En este artículo que hemos preparado con la colaboración de Flippers, empresa de mudanzas líder en España e internacional, te explicaremos con detalle las principales diferencias entre una mudanza nacional y una internacional, abarcando aspectos como la organización, los permisos, los precios y otros factores clave. Así podrás entender mejor a qué te enfrentas y planificarlo todo con éxito.
Organización y planificación
La organización de una mudanza nacional es mucho más sencilla porque se trata de coordinar únicamente distancias y tiempos dentro del mismo territorio. Puedes usar tu propio vehículo, alquilar uno o contratar una empresa local, y todo el proceso se resuelve en pocos días.
En cambio, la organización de una mudanza internacional es considerablemente más compleja. “Se requiere una planificación anticipada de semanas o incluso meses, ya que hay que coordinar transportes marítimos o aéreos, traslados por tierra en varios países y prever los posibles retrasos en las aduanas”, nos dicen desde la empresa de mudanzas Flippers.
También es fundamental investigar las normativas del país de destino para asegurarte de que puedes llevar todos tus bienes sin contratiempos.
Permisos y trámites legales
Una mudanza dentro del país no suele requerir permisos especiales; basta con tener al día tus documentos personales y, si contratas una empresa, firmar un contrato básico. No ocurre lo mismo en una mudanza internacional, donde los trámites aduaneros y permisos de importación son esenciales.
“Tendrás que presentar inventarios detallados de tus pertenencias, facturas y en algunos casos demostrar la propiedad de ciertos objetos de valor”, nos aclaran desde Flippes. Algunos países exigen certificados sanitarios, fumigaciones o permisos especiales para plantas, animales o determinados muebles. Todo esto implica una carga administrativa que requiere tiempo y, a menudo, la ayuda de empresas expertas en mudanzas como Flippers.

Costes y presupuesto
Los precios de una mudanza nacional dependen principalmente de la distancia y del volumen de los objetos a trasladar. Aunque no es barato, los costes suelen ser predecibles y fáciles de calcular. Por el contrario, una mudanza internacional implica tarifas de transporte internacional, gastos portuarios o aeroportuarios, tasas aduaneras y seguros especiales.
El presupuesto puede triplicarse o incluso más en comparación con una mudanza nacional. Los imprevistos son más caros, por lo que es indispensable contar con un fondo extra para cubrir gastos inesperados.
Seguros y protección de bienes
En una mudanza nacional, los seguros suelen ser opcionales y muchas personas confían solo en la empresa contratada para proteger sus pertenencias. Sin embargo, en una mudanza internacional, los seguros son imprescindibles.
El riesgo de pérdida, daño o retraso es mucho mayor cuando tus bienes atraviesan varios países y modos de transporte. Contratar un seguro especializado garantiza que, ante cualquier inconveniente, podrás recuperar el valor de lo perdido o dañado.
Tiempos de entrega y logística
Las mudanzas nacionales pueden completarse en cuestión de días, dependiendo de la distancia. En cambio, las mudanzas internacionales pueden tardar semanas o incluso meses, especialmente si se transportan por barco.
Esto obliga a planificar cuidadosamente qué objetos necesitas tener contigo y cuáles pueden viajar con más lentitud. Es común que los envíos internacionales pasen por almacenes intermedios, donde permanecen hasta completar las gestiones aduaneras, lo que añade días extra al proceso.
