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El aparato digestivo es uno de los más complejos del cuerpo humano, y es por ello que la alimentación y la dieta que llevamos a cabo es tan importante, no solo para el correcto funcionamiento de nuestro sistema, sino también para observar este impacto directo en nuestro bienestar. Nuestro intestino está colonizado por millones y millones de criaturas microscópicas que ayudan a crear lo que se conoce por el nombre de microbiota, un microorganismo de bacterias que componen nuestro sistema digestivo.

Seguramente hayas oído hablar en muchas ocasiones de la flora intestinal, de la importancia de los probióticos y de muchos otros temas relacionados que infieren directamente en el bienestar intestinal. Sin embargo, es muy posible que no sepas del todo cuándo tomar probióticos, qué diferencia existe entre los probióticos y los prebióticos y otros temas relacionados.

En este artículo venimos precisamente a explicarte como tanto los prebióticos como los probióticos funcionan a modo de alimento para nuestra microbiota intestinal y, por lo tanto, ayudan a nutrirnos y a crear un equilibrio importantísimo entre los distintos tipos de bacterias vivas que se encuentran dentro de nuestro sistema.

¿Qué son los prebióticos?

Los prebióticos son parte de la dupla que componen nuestro aparato digestivo y generalmente son los menos conocidos de ambos. Hablamos de un tipo de sustancia que conforma nuestra dieta y que está especialmente destinada a nutrir a distintos grupos de microorganismos que podemos encontrar dentro de nuestros intestinos. La función principal de este tipo de microorganismos es la de mejorar y favorecer el crecimiento de las bacterias beneficiosas para contrarrestar a las nocivas.

De este modo, hablamos de que la ingesta de prebióticos funciona a modo de fertilizante para distintas bacterias y microbios que tenemos en el organismo y que tienen el propósito de mantener nuestra flora intestinal intacta. Con esto claro, si queremos encontrar los prebióticos en alimentos naturales podemos hallarlos fácilmente en una miríada de verduras y frutas distintas, sobre todo, si buscamos las que cuentan con una mayor cantidad de fibra y de almidón resistente o de carbohidratos complejos.

No solo eso, sino que para que los prebióticos se consideren como tal, estos, generalmente, deben cumplir tres requisitos: el primero es que su efecto fisiológico debe ser siempre beneficioso para la salud, el segundo es que este prebiótico debe haber sido fermentado selectivamente por bacterias que se consideren beneficiosas y el tercero es que no sea hidrolizado ni absorbido en el tracto gastrointestinal superior, de modo que es importante que se considere resistente la acidez gástrica.

¿Qué son los probióticos?

Por otro lado, tenemos los probióticos, que son las microbiotas que escuchamos de forma más habitual cuando tenemos algún tipo de trastorno intestinal y acudimos al médico. Además, estos también los vemos mencionados en muchísimas etiquetas de productos en el supermercado, por lo que es más fácil que los conozcamos, sin embargo, como hemos dicho, funcionan a modo de complemento de los prebióticos.

Si atendemos a qué son exactamente los probióticos, tenemos que mencionar que de nuevo son microorganismos vivos que introducimos dentro de nuestro cuerpo para mejorar nuestra salud. Al igual que sucede con los prebióticos, los probióticos también deben ofrecer al hospedador un beneficio en la salud con esta ingesta para considerarse como tales. Como ya hemos comentado, su efecto más habitual suele ser sobre la flora intestinal.

De esta forma, cuando ingerimos probióticos, estamos añadiendo a nuestra microbiota sistemas de distintas cepas de bacterias que ayudan a poblar estos microbios sanos dentro de nuestro intestino. Así pues, podemos encontrar probióticos en muchísimos alimentos naturales o incluso en suplementos probióticos que suelen utilizarse, sobre todo, para aliviar distintas afecciones relacionadas con el intestino, el estómago, el colon y otros órganos similares.

Es muy posible encontrar también en distintos suplementos alimenticios los prebióticos y los probióticos unidos, ya que ambos tienen esta función complementaria, por lo que hablaríamos de una simbiosis de estas bacterias que ayudaría a reforzar todavía más el bienestar de nuestro sistema.

Diferencia entre prebiótico y probiótico

Tras haber explicado qué son los probióticos y los prebióticos, puede ser que aun así nos quede la duda de cuál es realmente la diferencia y cuándo debemos tomar uno u otro, puesto que ambos son beneficiosos para el organismo.

Como hemos expuesto, existe una diferencia principal entre ambos y es que mientras que los probióticos son organismos vivos que ingerimos a través de alimentos o suplementos y que ayudan a mejorar el tracto intestinal y la flora, por el contrario, hablamos de que los prebióticos son distintas fibras vegetales especializadas que funcionan a modo de fertilizante para estas otras bacterias que podían considerarse directamente los probióticos.

De tal manera, hablamos de que ambos cumplen una función esencial, siempre que se administran en cantidades adecuadas, y nos aportan beneficios a la salud. Pero mientras que los probióticos son microorganismos vivos, los prebióticos son sustratos no digeribles que únicamente sirven para estimular el crecimiento y la actividad de estos microorganismos que habitan en nuestro interior.

El uso de ambos también difiere, y por ello cada uno se toma en situaciones distintas. Los probióticos se suelen recetar cuando existen problemas de mala digestión o cuando es necesario recuperar la microbiota tras alguna enfermedad, así como también para prevenir o ayudar durante épocas como la lactancia o enfermedades inflamatorias intestinales. Los prebióticos, sin embargo, en muchas ocasiones funcionan a modo de laxante o se utilizan para prevenir y tratar encefalopatías hepáticas.

Además de todo esto, no es la ingesta o el uso de los prebióticos y de los probióticos lo único que causa estas diferencias, sino que también hablamos de que podemos hallar cada uno de estos microorganismos en alimentos distintos. 

Por ejemplo, hablamos de que algunas de las fuentes principales que contienen prebióticos son, por ejemplo, el puerro, la avena, el trigo, los plátanos, la cebolla, el ajo, las alcachofas, la soja y otras legumbres. Si queremos encontrar probióticos en alimentos naturales, la fuente principal suele ser el yogur, aunque también podemos encontrar frutas ricas en probióticos como es el caso de los frutos rojos, la naranja, los arándanos, la manzana, la piña, etcétera.

¿Cuándo tomar probióticos y prebióticos?

Como ya hemos ido comentando, los probióticos se utilizan principalmente para restablecer la flora y ayudan también a estimular el sistema inmune para favorecer la producción de vitaminas y mejorar el crecimiento y la actividad de nuestra microbiota. Es por este motivo que, como ya sabes, los probióticos pueden incluir ya sea una o varias cepas de microbios que sirven como suplemento prebiótico para atajar distintas enfermedades relacionadas con el síndrome del intestino irritable, la colitis, la enfermedad de Crohn, la inflamación intestinal, la infección urinaria, las hemorroides, la candidiasis vaginal, etcétera.

Por otro lado, cuando nos encontramos ante distintos cuadros de intolerancias o necesitamos ayudar a equilibrar la flora intestinal para estimular el crecimiento y la actividad de estas cepas de bacterias, tanto en el intestino como en el colon, podemos encontrar útil tomar prebióticos. Estos, sin embargo, suelen recetarse para distintos cuadros de ricos para intolerancias a la lactosa o simplemente para paliar distintas alergias o estimular el sistema inmune del sistema digestivo.

Es importante tener en cuenta también que estos prebióticos y probióticos contienen microorganismos vivos que, como hemos comentado, interactúan directamente con nuestra propia hueste de bacterias. Es por eso que si estos se ingieren en exceso pueden terminar por causar algún que otro problema digestivo pasajero e incluso hinchazón de gases y otros efectos, así que siempre conviene tomar estos prebióticos y probióticos siguiendo las indicaciones recomendadas del médico. 

¿Dónde comprar probióticos y prebióticos?

Continuando con la idea anterior, los prebióticos y probióticos generalmente suelen tener siempre un efecto positivo sobre nuestro sistema, ya que favorecen el crecimiento de nuestro propio microbiota. Pero, aun así, al igual que sucede con cualquier otro tipo de vitamina o medicamento natural, no se recomienda tomar estas bacterias ni para sustituir otro tipo de alimentos o dieta, ni de forma excesiva, ni sin ningún consejo médico.

Es muy importante tener en cuenta que generalmente suelen ser los médicos los que no recetan comprar probióticos para mejorar nuestro estado de salud, por lo que siempre vale la pena seguir sus indicaciones respecto a la dosis y a la ingesta. Es muy importante que siempre que compremos suplementos o complementos alimenticios que funcionan a modo de probiótico y prebiótico, optemos por marcas de calidad y por probióticos naturales.

Entender cuándo tomar probióticos es esencial para que con la ingesta de estos prebióticos y probióticos se genere un impacto positivo en nuestro aparato digestivo. Así pues, resulta también muy importante equilibrar una ingesta de prebióticos con una ingesta de probióticos para asegurarnos de que les otorgamos a estas bacterias beneficiosas el alimento necesario para que se desarrollen positivamente en nuestro intestino y nos ayuden a aligerar las digestiones y a paliar alergias, hinchazón o irritaciones.